El arte fue una terapia para los niños del Holocausto

05/Sep/2012

Hoy, Ecuador, Pavel Friedmann

El arte fue una terapia para los niños del Holocausto

Durante la Segunda Guerra Mundial, Terezín fue utilizado como un lugar de propaganda nazi. Una farsa para mostrar a los organismos internacionales que el Holocausto no existía. La afirmación de Ana Steinitz, hija de Trude Sojka, una de las sobrevivientes del ghetto de Terezín, localidad ubicada a 60 km al noroeste de Praga, es contundente. Sojka estudió en la Academia de Bellas Artes de Berlín. Participó junto a la profesora Friedl Diker Brandejsova y otros artistas de Alemania, Austria, Dinamarca, y Hungría, en talleres donde enseñaban a escribir, pintar y dibujar a los niños. De los 15 mil infantes, entre 5 y 15 años que pasaron por Terezín, solo 100 sobrevivieron. Los trabajos en los talleres artísticos fueron numerosos, pero sólo se rescataron 96 dibujos. Estos ahora forman parte de una muestra itinerante que desde el 28 de agosto se encuentra en el país. Es la cuarta vez que llegan al Ecuador. Para los talleres, los artistas utilizaron cualquier tipo de papel. La técnica que más trabajaron los niños fue el collage. Para Steinitz, en los trabajos de los niños más pequeños, se puede ver la esperanza y alegría. Las ilustraciones de los más grandes son reveladores y fuertes, porque tenían más conciencia de lo que estaba pasando. El vuelo de las mariposas, la nieve de época invernal, el sol y el arco iris, los paisajes y ferias que los adultos olvidaron. Todo eso fue plasmado, en algunos casos con gran destreza, por los niños de Terezín. La poesía también tuvo su espacio en esa época desoladora. En la muestra se presentan 13 poemas. Estos impactan por su crudeza y por su calidad. Pavel Friedmann fue uno de los niños deportados al ghetto de Terezín en 1942. En 1944 lo trasladaron a Auschwitz. Su poema se incluye en esta muestra y logra, en pocas líneas trasladar sus sensaciones desesperadas a quien las lee.  La exposición es una ventana donde el horror del Holocausto es visto con otros ojos. Está en la sala tres del Centro Cultural Itchimbía hasta el 14 de octubre. “No se puede olvidar lo que pasó y a todos los muertos que esta guerra produjo”, señaló Steinitz.